Englobado en el buen propósito recopilatorio de los politraumatismos taurinos más relevantes y divulgativo de la cirugía taurina, nace la sección La opinión de los expertos.
En ella, este blog tendrá el privilegio de contar periódicamente con la participación de profesionales médicos con amplio conocimiento y bagaje en cirugía taurina y politrauma, cuya colaboración resultará enormemente enriquecedora. Aprenderemos y mejoraremos todos.
Este apartado tendría que ser inaugurada por el Dr. Ortega, quien ha sido Jefe de Sección de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Complejo Asistencial de Salamanca, Profesor Titular de Cirugía de la Universidad de Salamanca y Jefe del Equipo Médico de la plaza de toros de La Glorieta hasta el año 2021, cuando decidió retirarse. También estuvo al mando de las enfermerías de Zamora, Ciudad Rodrigo (durante el Carnaval del Toro), Peñaranda y Macotera. En éstas ha firmado lecciones magistrales, resolviendo, entre otras, una cornada torácica con lesión pulmonar y una rotura de la arteria ilíaca. Sólo quienes se dedican al politrauma taurino y a la asistencia extrahospitalaria, conocen la dificultad del diagnóstico cuando no se dispone del apoyo de los exámenes y pruebas complementarias que se realizan en los hospitales. Y del conocimiento especializado, formación y capacidad que se requieren para tomar una decisión de riesgo vital en segundos, cuando cada segundo es vital.
El Dr. Ortega es un hombre hecho a sí mismo. Nacido en Aranjuez, estudió enfermería y trabajando como tal estudió la carrera de medicina, haciéndose cirujano de la escuela del Dr. Joaquín Montero. En cada pinza de su instrumental quirúrgico tiene grabadas estas tres palabras, que después yo me grabé a fuego: conócete, acéptate, supérate. Toda una declaración de intenciones y actitud en la vida que le llevó a conseguir todo cuanto se propuso en la cirugía, incluidas jefatura y titularidad. Y por oposición, como a él le gusta aclarar. Todo esto se ha visto reflejado en el respeto de sus compañeros y en el reconocimiento de los pacientes.
Fue el primer cirujano a quien pedí que escribiera. Muy amablemente y sin ninguna pena, declinó. Completamente apartado y ajeno a la cirugía, que fue su motor y su vida durante tantos años, ahora vive feliz y sin nostalgia, entre encinas, subido a caballo, rodeado de cochinos y vacas moruchas. Y yendo a los toros como aficionado.
Foto: La Gaceta de Salamanca.